La exposición desarrollada por Florencia Serrano Wicnudel, denominada Congelada, registra su vivencia durante la cuarentena y el habitar en la parte inhóspita del hogar, días iguales, uno tras otro. Vivir dentro de su casa, de su cabeza, se hizo tremendamente difícil y agotador. Esta serie de fotografías análogas, retratan destellos de soledad, en una casa llena de personas, llena de demonios. Registran camas y duchas vacías; distintas vistas desde la misma ventana; huellas y manchas que deja el cuerpo; personas que están ahí, pero que no me ven; escenas de historias que no valen la pena contar. Congelada retrata la intimidad, de una manera cruda y sin filtro, en definitiva, lo que hoy entiende la artista por hogar: “no un espacio, sino un momento específico que nos contiene dentro de nuestra historia”.
La obra de Florencia Serrano Wicnudel se ha centrado en el estudio del sentido de pertenencia de las personas a distintos espacios, tanto físicos como psicológicos, particularmente en cómo se transforman contextos hostiles en lugares cálidos e íntimos: en hogares. Esto comenzó el 2009, a raíz de un acontecimiento familiar, donde su padre fue declarado culpable en un juicio, y condenado a más de 15 años de cárcel efectiva. Encontrarse en esta situación, le obligó a replantearse los lugares comunes de su familia. Si su padre estaba lejos, ¿era su hogar su casa? ¿O su hogar era donde estaba su familia? En visitas nostálgicas y filas interminables, explicado por la propia artista, entendió que eran esos espacios los que alojaban familias, compuestas por padres, por hijos, por parejas, por amigos… Por quienes hacían de ese lugar, un espacio común, un espacio de contención, un espacio de fuego e intimidad. Con el pasar del tiempo, esos lugares se ampliaron: hospitales, psiquiátricos, exilios, e incluso cementerios. “Donde sentimos pertenencia, construimos hogar”. Hoy, trabaja retratando y construyendo no sólo espacios y rostros que reflejen propiedad, territorio, pertenencia, sino también los ritos y tradiciones que se llevan a cabo dentro de ellos, y la importancia de éstos al momento de construir nuevos hogares. “Finalmente, es la memoria y la manera en la que la perpetuamos, la que define y construye la forma en que habitamos.”